martes, 4 de agosto de 2015

Los huecos argumentativos del Creacionismo

Por Nicolás Pérez

Los cultores del Diseño Inteligente, y del Creacionismo, las Pseudociencias asociada a la Biología, manifiestan entre sus explicaciones una serie de inconsistencias técnicas y epistemológicas que revelan un escaso conocimiento en la comprensión de la Teoría de la Evolución por Selección Natural. Sus defensores más ingenuos confunden términos cotidianos con conceptos técnicos y lo que no lo hacen caen, un poco más adelante, en los pantanos de la mala interpretación científica. Me voy a ocupar de ambos, comenzando por los más fáciles de refutar.
Entre los equívocos más comunes, se encuentran  el lenguaje y la homología de términos entre el argot técnico y el lenguaje vulgar. Tal problema no lo tiene la Física de partículas por ejemplo, que usa términos muy alejados de la cotidianidad, tales como quarks o bosones. Sin embargo, cuando se intenta explicar conceptos como: evolución, adaptación, progreso, selección del ambiente, resistencia etc., debe lidiar con la acepción vulgar de esos términos, que en casi todos los casos, tienen un sentido opuesto al técnico. El concepto evolución es usado cotidianamente como una mejora progresiva, así decimos: tal jugador “evolucionó” en su juego, incluso hay un término negativo como “involución” que acentúa el sentido de progreso. Pero como sabemos, la evolución en Biología es solo un concepto que remite a cambio, transformación, mas no tiene el sentido de mejora o progreso.
También podemos decir que se confunde usualmente: el hecho de la evolución, es decir el fenómeno por el cual se da el cambio en las especies, con La Teoría de la evolución, como el constructo que explica el hecho de la evolución, y estos dos a veces se mezclan  con la historia fáctica de la evolución, es decir lo que realmente ocurrió. El hecho evolutivo es innegable e indiscutido, otro tema es La Teoría de la evolución por selección natural como mecanismo del mismo. Esta teoría fue reformulada con aportes de la genética, de la genética de poblaciones y con otros mecanismos complementarios. Sobre la historia fáctica de la evolución en la tierra, es un tema difícil y escabroso ya que puede considerarse como algo contingente, y que quizás si se vuelve a dar la vida, no ocurra lo mismo otra vez. Esto plantea diversos problemas, como la pregunta por si la selección natural es una ley, o si hay leyes de la evolución, ¿puede haber leyes sobre un acontecimiento contingente e histórico? Estas distinciones son útiles porque despeja de plano futuros   ataques a la evolución, que pasan por ser ataques al hecho evolutivo pero que en realidad lo son a  la teoría, o a la historia evolutiva.
             Otra confusión muy común, es la identificación entre La Teoría de la evolución y La Teoría de la selección natural, como si fueran lo mismo. Darwin no creó La Teoría de la evolución, esta ya había sido propuesta  en su época como una alternativa al fijismo, teoría que planteaba la inmovilidad de las especies que llegaron al mundo por creación separada. La selección natural es el mecanismo por el cual actúa la evolución, luego veremos que quizás no es el único. Pero durante la historia de la confección de La Teoría de la evolución se propusieron muchos mecanismos alternativos a la selección natural. El lamarckismo, la evolución por saltos o el monstruo prometedor de Goldschmidt, la evolución por ortogénesis, e incluso con los trabajos de Morgan, se propuso a la misma genética como motor principal de la evolución. Ninguno fue superior a la selección natural que tiene muchas pruebas a su favor.
            Los conceptos de adaptación y de resistencia tienen el mismo destino de confusión. Cuando en una consulta con el médico cuando éste le cambia el antibiótico, le ofrece como explicación lo siguiente:
“las bacterias se hicieron “resistentes” a los antibióticos”.
Sin embargo en la mente de las personas que no manejan el lenguaje técnico se crea una imagen más o menos así:
“las bacterias se hicieron resistentes porque se inmunizaron realizando ellas un cambio activo y de este modo ahora el antibiótico no tiene efecto”. En términos técnicos seria que los fenotipos desarrollan por hábito unos caracteres que los harían más aptos, caracteres que pueden pasar a su descendencia. Es decir, la mayoría de las personas en su concepción vulgar o de sentido común sobre la evolución son lamarckistas. Esto es así porque los términos: adaptación y resistencia, tienen en el lenguaje vulgar un sentido activo. Adaptarse significa hacer algo para lograr sobrevivir a un cambio. Como cuando hay inflación las personas reducen gastos o priorizan las compras, se los toma como una adaptación a la situación reinante. En este contexto cuando se enseña La Teoría de la evolución por selección natural, se debe hacer explícita esta problemática para despejar los posibles equívocos.

El azar y la teleología

            Entre los acólitos del creacionismo esta instalada la idea de que la selección natural es al azar. Es muy común la objeción que reza: “¿cómo un ojo puede surgir por azar?”. Y la verdad es que tienen razón, nunca por azar puede surgir un ojo, esto sería como esperar que aparezca armado y funcionando un Lamborghini Diablo luego del pasaje de un tornado por un desarmadero de chatarra. Es imposible que por azar se construya algo tan complejo como un ojo, ni ningún otro carácter adaptativo. La raíz del problema está en la confusión entre La Genética y La Selección natural. La variación genética, lo que Darwin llamaba descendencia con modificación, sí es al azar. La recombinación genética es aleatoria, no podemos estar seguros si un gen se transmitirá a la descendencia o no, siempre esta mediado por una probabilidad. Lo mismo con las mutaciones, la mayoría de las mutaciones son dañinas para el organismo futuro, sólo unas pocas pueden ofrecer una ventaja evolutiva. Por lo tanto, el azar actúa antes de la selección natural. Esta última es un proceso de acumulación de éxitos adaptativos. El ambiente selecciona y acumula la ventaja cada vez, con lo cual no se parte de cero nunca, salvo la primera vez, luego en adelante la ventaja siempre será seleccionada. Como la construcción de algo tan complejo no puede darse de golpe, la evolución logra el ojo al cabo de millones de años de lenta acumulación de ventajas adaptativas. No digo que efectivamente se halla dado de ese modo, porque hoy puede pensarse que la deriva genética, u otro mecanismo al azar puede adelantar enormemente el tiempo, pero aun no sucediendo esto, sólo se requiere tiempo para construir lentamente cualquier órgano complejo.
Por lo tanto la selección natural nunca es al azar, es lo contrario tiende a acumular éxitos cada vez. Mi explicación personal sobre la selección natural es esta: supongamos que existe un perro afecto al piano. El perro se sube y con sus patitas toca las teclas aleatoriamente. Si queremos que el pichicho toque la Quinta Sinfonía de Beethoven de una sola vez y al azar ¿Cuánto tiempo creen que le tomará hacerlo? ¿Mil años? ¿Un millón?, ¿un gúgol de años? Yo apuesto porque sea imposible que al azar toque un perro la Quinta de Beethoven. Este sería más o menos el escenario para la  construcción al azar de un ojo, si el ojo fuera al azar pues evidentemente nunca se hubiera formado y es igual que la imposibilidad del perro pianista en tocar la obra. Pero entonces modifiquemos algo. Pongamos en el piano un mecanismo que haga lo siguiente: cuando por puro azar el perro toque la primera nota de la Sinfonía en ese momento se graba en la memoria del piano y ya tenemos el principio de la obra. Comenzamos entonces ahora con este acierto del pichicho y lo mandamos a tocar de nuevo, cuando acierte con la segunda nota se graba, y comenzamos de nuevo, y así y así. Ahora con esta modificación ¿en cuánto tiempo creen que el perro tocará la obra de Beethoven hasta la última nota? Bueno el panorama cambio enormemente si bien es cierto que le tomara quizás millones de años pero pienso que en algún momento lo logrará. Ya que el perro no tiene que empezar siempre de cero, no, comienza ya con el éxito anterior acumulado. Del mismo modo se forma el ojo, nunca es al azar, el ojo nuestro complejísimo se formo en millones de años de lenta acumulación de éxitos evolutivos, éxitos que dieron en la tecla exacta y la música pudo tocarse eficientemente.
            Yendo al otro tema: la teleología, mucho se discutió sobre si la evolución tenía un telos, un fin, o no lo tenía. Hoy en día se sabe por diversas pruebas, que la evolución es ciega en su fin, no hay un propósito claro hacia donde diseñar las funciones adaptativas. Todo depende del ambiente en donde se produzca la selección. Utilizando la célebre metáfora de Dawkins la evolución actúa como un “blind watchmaker” (relojero ciego) diseña pero sin ver su diseño. Este descubrimiento tendría que borrar de un plumazo la idea de que los seres humanos son el fin de la evolución o de la vida, idea sin sustento, sobre todo porque nuestro tiempo en la tierra es solo de 100.000 años comparados con un insecto o una araña que tienen ya más 400.000.000 de años por aquí.
           
No hay pruebas de la evolución
           
            Si no tienen éxito en sus ataques recurren a la idea falsa de que no hay pruebas de la evolución salvo el registro fósil y que este es ambiguo, bien pues vamos a ver si verdaderamente no hay pruebas de la evolución.
                        De todas las teorías científicas, incluyendo las biológicas y psicológicas, la teoría de la evolución por selección natural es por lejos la más sospechada, hay una desconfianza que es motivada, en la mayoría de las veces por cuestiones religiosas, pero otras por desconocimiento. No sin razón Dennett llamó a la idea de la selección natural como “la peligrosa idea de Darwin” y es que a veces la incorporación a la ciencia de la evolución por selección natural amenaza a muchos dogmas religiosos y culturales arraigados desde siempre. Sin embargo, encuentro que entre los que aceptan la teoría, los aficionados y algunos intelectuales no biólogos que comparten su visión, se les hace sumamente complicado citar pruebas de la validez de la teoría de la evolución. Cosa que no sucede cuando se piden pruebas de las leyes de Newton o de las teorías químicas. ¿Por qué sucede esto? Hay un aura entre los aficionados a la teoría que implica la aceptación de su explicación sin ninguna duda, pero se sienten nerviosos ante el reclamo de pruebas, como si no hubieran pruebas irrefutables a su favor, bueno, esto es falso. Las pruebas son abrumadoras, y trataré de mostrar algunas, pero se pueden encontrar muchas más. Las pruebas que manejare son:
-el melanismo industrial sobre la bistón betularia
-la anemia falciforme y su relación con la malaria
-la selección artificial en especies domesticas de plantas y animales
-las homologías en los caracteres
-la resistencia a los antibióticos
-el registro fósil

El melanismo industrial sobre la bistón betularia

            Se pudo y se puede observar la evolución en acción muchas veces, pero hay un caso paradigmático que valida la teoría de un modo inapelable. A veces la evolución actúa rápidamente y no se necesitan millones de años para comprobar sus efectos. Ocurrió durante la revolución industrial en Inglaterra. En cercanías a las fabricas habitaba la polilla de la especie bistón betularia que se posaba en los abedules, sobre su corteza. Esta especie presentaba una variedad común moteada, que era blanca con puntos negros, y otra variedad menos frecuente negra, llamada carbonaria. Sin embargo, cuando las fábricas se hicieron comunes en las zonas por la revolución industrial, sus chimeneas escupían un humo negro que contaminaba la zona aledaña. Parte de este hollín se depositaba en la corteza de los arboles, ennegreciéndolo. Un nuevo ambiente estaba forjándose, la situación obligó a un cambio adaptativo en las polillas. Los científicos predijeron que en un tiempo adecuado, la variedad carbonaria sería la más numerosa, ya que ésta poseía la ventaja del mimetismo, y así seria seleccionada por el ambiente. Exactamente es lo que ocurrió, hubo un cambio en la reproducción diferencial. En este nuevo ambiente la variedad exitosa era la que siempre fue la minoritaria. La variedad negra carbonaria estaba siendo evitada por los pájaros que ahora veían a la moteada más claramente porque los abedules eran negros o grises, situación que favorecía el mimetismo de la polilla negra. Con lo cual demuestra que la mejor explicación posible es la evolutiva, ya que es bastante improbable que otros factores externos no observados pudieran influir en la eficacia biológica de la carbonaria.

La anemia falciforme y su relación con la malaria

            El otro ejemplo es un poco más difícil de entender pero termina siendo una impresionante prueba de la evolución en acción. Antes déjenme contarles de una película que vi hace poco que me servirá como ejemplo del ejemplo. En World War Z (Guerra Mundial Z) película de 2013 dirigida por Marc Forster, basada en un libro de igual nombre de Max Brooks. El protagonista (Brad Pitt) llega a la solución del problema al observar que la horda de infectados por un virus evitaba atacar a ciertas personas. La tesis era la siguiente: el infectado evitaba morder a ciertas personas porque su misión primaria consistía en propagar el virus, cosa que no lograría si inoculaba a alguien con una enfermedad terminal. Es decir, era un desperdicio de energía morder a gente enferma que no podría propagar y almacenar el virus. Para contrastar esta hipótesis, el protagonista se inocula él mismo una enfermedad mortal y a continuación realiza una caminata lo más tranquilo entre zombies sangrientos e hiperactivos. Si bien es ficción, me sirve porque tiene el germen de la explicación del ejemplo real: tener una enfermedad mortal en ciertos ambientes llenos de zombies es mejor que morir comido por ellos. Sin zombies era mejor estar sano, con zombies que propagan virus la situación cambia, hay un nuevo ambiente y ahora lo que antes era una desventaja de pronto es una característica que te permite sobrevivir por un tiempo más.
            Algo parecido sucedió y sucede hasta hoy en las regiones de África en donde  la malaria es endémica, allí pasa algo curioso con los portadores heterocigóticos de la anemia falciforme: son inmunes a la malaria.
 La anemia falciforme es una enfermedad genética que afecta a pocos individuos en el mundo. Cuando los portadores son homocigóticos para el gen desarrollan una anemia grave que produce la muerte en poco tiempo si no son tratados. Pero hay casos en que solo heredan un alelo defectuoso, y en ese caso una porción de las células son enfermas. La enfermedad lo que hace es deformar los hematíes que tienen una forma bicóncava y la transforma en una similar a una hoz, de este modo se estorban entre sí y no pueden trasportar el oxígeno adecuadamente. Los individuos heterocigóticos son portadores del gen pero solo desarrollan una leve anemia. Lo interesante del asunto es que esta condición genética no debiera ser adaptativa en un ambiente común, como lo son casi todos, por lo tanto el gen portador no se transmite masivamente. De allí que sea tan rara la aparición de la enfermedad en los humanos. Sin embargo en ciertas regiones de África, el número de los individuos heterocigóticos para el gen de la anemia era extraordinariamente elevado, mucho más de lo que se podría pensar por una casualidad. Los científicos comenzaron a pensar que estaban ante  una adaptación al ambiente, que el tener la anemia daba una ventaja adaptativa de alguna manera. La solución al enigma llegó cuando relacionaron  que en las mismas regiones en donde prosperaba la anemia, también lo hacia el mal de la malaria. Debía haber una conexión entre estas dos enfermedades, y así fue. La malaria es una enfermedad muy grave, tanto que causa más de 2 millones de muertes al año, la mayoría niños. El mosquito anófeles inocula un parasito del genero plasmodium que infectan a los glóbulos rojos y los rompen, produciendo serios daños a los órganos. El estudio encontró que el parasito de la malaria no podía infectar adecuadamente a los portadores de anemia porque tenían muchos glóbulos rojos deformados, de esta manera el parasito quedaba a merced de las defensas del organismo que lo eliminaban. Tal como en la película, tener anemia falciforme no es una ventaja pero en ciertos ambientes en donde la malaria es endémica, esta característica es seleccionada por el ambiente como una adaptación para el portador.

La selección artificial en especies domesticas de plantas y animales

            La siguiente prueba es indirecta pero pienso es una de las pruebas más fuertes a favor de la evolución. La evolución es la idea que afirma que las especies provienen de otras anteriores y que todo organismo tiene un único antecesor. Todos los individuos han sido modificados a partir de otros. El cambio es la principal idea por detrás si hay cambio o modificación entonces hay evolución.
La selección artificial es la tercera prueba, y puede definirse como la selección que realiza el ser humano eligiendo a ciertos fenotipos animales o vegetales que poseen una característica que se considera buena, para realizar una reproducción diferenciada. Por lo tanto la selección artificial se diferencia de la natural al tener una clara teleología como motivación principal. Sin embargo, es prueba de la evolución porque aunque se realiza bajo un claro interés, desde nutricional, medico, o incluso por diversión, no podría haberse realizado si no existiera en la naturaleza una posibilidad de producir cambios. El ser humano produjo sub-especies nuevas como canis lupus familiaris (el perro) a partir de lobos, seleccionando de la manada a aquellos menos agresivos y más tendientes a la sumisión. Esta selección se mantuvo siempre en la misma línea hasta que sus diferencias genéticas con el lobo fueron tan acentuadas que incluso les sirvió a los humanos como un defensa contra ellos. Al transformarse el perro a partir del lobo demuestra que existe la evolución en la naturaleza ya que podemos eliminar al ser humano y la misma natura puede provocar cambios, y de hecho lo estuvo haciendo y lo hará, por si sola aunque sin fin alguno. No solo se obtuvieron perros, sino caballos, ganado vacuno, caprino, porcino etc. Las frutas y verduras que hoy en día consumimos fueron seleccionadas y modificadas a gusto del humano. Los tomates hoy son dulces y jugosos, a partir de una verdura totalmente ácida y de muy mal sabor, las bananas son dulces, enormes y con esa forma característica porque nosotros la modelamos así. Se sorprenderían al ver cómo eran originalmente. En fin, no solo modificamos especies a nuestro gusto, sino también creamos nuevas especies que no existirían si no gustáramos de conservarlas. Cuando plante una rosa hibrida del té, o floribunda, recuerde que ellas solo existen porque a nosotros nos encantan sus colores y formas y fragancias, solo le damos vida y la hicimos existir para ser un presente que se da a una mujer hermosa en una cita.

Las homologías en los caracteres

            La siguiente prueba la constituyen las homologías de caracteres en dos especies distintas. Existe homología cuando los órganos o conjunto de ellos coinciden en sus formas por haber estado emparentado genéticamente. Hay muchos ejemplos de homologías como los huesos de los miembros anteriores entre especies con ancestros en común, compárese un mamífero, un reptil, un pájaro o un humano. Todos conservan la forma básica con modificación adaptativas. Pero ¿y porque sucede esto? Porque hay evolución, porque tienen un ancestro común.

La resistencia a los antibióticos

            La resistencia a los antibióticos constituye una prueba rápida y observable en nuestra vida sobre la validez de La Teoría de la evolución por selección natural. Aunque alguno podría objetar que en el cuerpo humano los antibióticos son más bien una agregado extraño y artificial, pero desde el punto de vista de las bacterias, para ellas el ambiente, su medio ambiente es el cuerpo humano, y la aparición del antibiótico es similar a la introducción de un meteorito, o de una explosión de un volcán, constituye un nuevo situación en donde la evolución vuelve a ponerse en marcha. Supongo que todos saben cómo se produce la resistencia de las bacterias ante un agente dañino para ellos como un antibiótico, solo diré que la velocidad con la cual las cepas bacterianas se renuevan en un regalo para los científicos, como un laboratorio natural inmejorable.

El registro fósil

            Dejé al final la que creo es la mejor prueba de la evolución: el registro fósil. Hay tantas piezas fósiles con animales intermedios entre dos especies, que quien investigue un poco no podrá llegar a ninguna otra conclusión que fue por evolución la vida en la tierra. Sin embargo, quiero ocuparme de un error muy común que hoy en día ya es un mito: el eslabón perdido. Hasta hace un tiempo seguían repitiendo que debían encontrar lo que se denomina el “eslabón perdido” entre un homínido no humano y un homínido humano. Bien, esto es un mito, no existe tal cosa como un eslabón perdido, simplemente porque esa idea surge de una mala comprensión de la evolución y sobre el registro fósil. Si bien es cierto que la evolución plantea que todos las especies actuales y las extintas tienen un único antecesor común, y que por lo tanto hay formas intermedias interespecies, no es cierto que haya toda una variedad casi infinita de intermediarios, ya que a veces se da un pequeño salto evolutivo que rompe la gradualidad. Si el colmillo del tigre dientes de sable pasó de 5 cm a 18 cm, no significa que vayamos a encontrar 13 fósiles distintos con un centímetro de diferencia, ¿y porque detenernos allí?, también podríamos buscar las formas intermedias entre cm y cm, 26 fósiles nuevos, y podríamos seguir hasta el infinito, cual Zenón moderno. No hay tal cosa como eslabones perdidos, la naturaleza no se adapta a nuestras necesidades, además puede darse la situación de que incluso habiendo más intermediarios no se hubieran fosilizados, por lo tanto nunca lo encontraríamos. Los huecos en el registro no prueban nada.
En fin, creo que podemos citar muchas más pruebas pero lo dejaremos aquí.


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