miércoles, 2 de julio de 2014

¿Es racional el movimiento Anti-transgénico?

Para provocar indignación y rechazo popular uno de los métodos más eficientes  es declarar que uno está a favor de los transgénicos. Sin duda es uno de los temas más sensibles socialmente en la actualidad, debido al alarmismo que se le dio al asunto.  Naturalmente, es de esperar que así reaccione la población si se les dice que come veneno, pero… ¿realmente come veneno? Plantearse si es posible que los transgénicos no sean tan malos como se dice por ahí es sin duda para los sectores fundamentalistas del new-age cometer una blasfemia magnánima. Pero aún así voy a animarme a inspeccionar este polémico asunto, exponiéndome a todo tipo de amenazas, insultos y al desprecio general de las personas que se tomaron el rechazo dogmático hacia los organismos transgénicos muy a pecho.
Una de las muchas desventajas de la “izquierda” new-age y posmoderna es que proponen objetivos de lucha absurdos que solo sirven para desviar la atención de problemas reales. Generalmente se distraen con teorías de conspiración, como por ejemplo los Chemtrails, que según ellos son aviones que fumigan a la humanidad con veneno, y esto se “evidencia” por las estelas que dejan los aviones en el cielo (llamados coloquialmente “aviones a chorro”), aunque lo cierto es que estas estelas están compuestas simplemente de agua[1]. No solo los new-age simpatizan con absurdas teorías de conspiración, generalmente estas son creídas por todo tipo de gente ignorante y paranoica. Una lucha que sin duda es el estandarte del movimiento new-age, es la lucha contra los Organismos Genéticamente Modificados, basada casi únicamente en conspiranoias –neologismo que refiere a la paranoia por las conspiraciones falsas-, mitos y pseudociencia. Esta lucha es torpe y peligrosa, puesto que no toda la tecnología transgénica es mala, es más, algunas pueden ser muy buenas y totalmente necesarias. Los antitransgénicos muy por lo general carecen de formación técnica y científica al punto que la mayoría ni siquiera sabe lo que es un organismo transgénico[2] -más adelante pasaré a explicar que sí son-.
 
La polémica de los transgénicos comenzó, en parte, como un berrinche religioso. Estos acusaban a los “científicos” de “jugar a ser dios”, algo evidentemente absurdo, ya que, entre otras cosas, para jugar a ser dios deberían jugar a no existir. Como ejemplo pueden ver la película de los 70 Blood Freak, que tiene un claro mensaje católico, antidrogas y antitransgénico –en ella un hombre muta en un monstruo asesino adicto al LSD, por haber rechazado a una novia católica y participado en un experimento donde le hacían comer un pavo transgénico, sí, así de ridículo-.  Luego, la lucha fue tomada por Greenpeace, cosa que casi automáticamente debería hacernos dudar de su valor, ya que los de Greenpeace tienen un largo historial de metidas de pata, por ejemplo, en un momento quisieron prohibir un elemento de la tabla periódica, el cloro. Uno de sus fundadores, Patrick Moore (científico ambientalista), relata en un video como abandonó Greenpeace[3] al darse cuenta que se volvió una horda de anticientíficos y dogmáticos que entablaban luchas sin ningún sentido (aunque como veremos, el principal fundador de la lucha contra los transgénicos en Greenpeace recientemente cambió de opinión al aceptar la evidencia). Más adelante, la fama del movimiento antitransgénicos estalló con la publicación en el 2008 del pseudo-documental repleto de tendenciosas mentiras titulado “El mundo según Monsanto” –más adelante refutaré algunas de estas-. Esto, sumado a que está de moda la irracionalidad anticientífica, neoludita y paranoica a tal punto que es enseñada en las academias de humanidades y ciencias sociales, hizo el caldo de cultivo perfecto para que la moda antitransgénica invada casi todo el mundo, de tal modo que llegaron sus ecos a la pluma del respetable filosofo Mario Bunge, que en su obra “Filosofía política” parece haberse dejado influir por las mentiras de la activista Vandana Shiva, echando por tierra todo lo que predicaba sobre aplicar la evidencia científica.  

 Pasemos a definir lo que es un transgénico: un transgénico es un organismo que ha sido alterado mediante ingeniería genética en procedimientos de adición de genes exógenos para lograr ciertas propiedades específicas. Cuando hablamos de transgénicos, estamos hablando de organismos genéticamente modificados (OGM). Para la modificación genética existen diversas técnicas, por ejemplo:
Transgénesis: adición de genes de cualquier especie, usando por ejemplo biolística entre otras técnicas. Mutagénesis: uso de mutágenos para inducir a mutaciones aleatorias y así buscar rasgos deseados.
Edición génica: uso de un sistema enzimático para modificar el ADN.
Poliploidía inducida: consiste en la multiplicación del número de cromosomas de un cultivo para impactar su fertilidad (gracias a esta técnica se lograron sandias sin semillas por ejemplo).
Fusión de protoplastos: consiste en la fusión de células o componentes celulares para transferir rasgos entre especies.
Cruce: combinación de dos especies sexualmente compatibles, para crear una variedad con rasgos deseados de sus padres.
 La biotecnología no es algo nuevo, desde
el Neolítico la humanidad está modificando el genoma de plantas y animales domésticos a base de mezclar y seleccionar artificialmente las variedades que resultan más provechosas para nuestra especie (para que podamos tener una alimentación variada y sana), sino, investiguen como serían los alimentos que consumimos si nunca hubieran tenido intervención humana (tanto por selección artificial como por modificación genética e hibridación), como ser la banana, el maíz, el durazno o el tomate. Por ejemplo, la manzana verde no existía hasta 1868 (también la frutilla es un invento del siglo XIX), ésta es un híbrido entre Malus Sylvestris y M. Doméstica. El trigo candeal o Triticum aestivum (el cual representa el 95% del trigo cultivado), es una mezcla entre 3 especies diferentes, la Aegilops speltoides, el Triticum turgidum y la Aesliops tauschii. Incluso la naranja es un fruto artificial, una cruza entre tipos de pomelo y de mandarina que los chinos elaboraron hace más de 3000 años[4]

Generalmente los antitransgénicos creen que  lo opuesto a un transgénico es un cultivo orgánico, esto es semántica y científicamente falso. Por definición orgánico es una sustancia química (aclaro para los analfabetas científicos, todo lo que está en la naturaleza es químico, no hablo de sustancias extrañas creadas en laboratorios) que tiene como constante el carbono, en combinación con otros elementos principalmente hidrógeno, oxígeno y nitrógeno.  Básicamente, todo tejido vivo es orgánico, y eso incluye a los transgénicos.  Pero bueno, cuando ellos hablan de alimentos orgánicos creen referirse a cultivos en los que no se usaron productos de síntesis químicas y donde no hay intervención humana en los genomas. Los antitransgénicos creen que estos alimentos son más “sanos” y “menos tóxicos”, pero están lejos de la verdad. En una revisión sistemática de 52.471 estudios[5] se concluye que no hay diferencia entre alimentos en los que se usó un tratamiento “orgánico” de abono,  de uno “no orgánico”. También hay una revisión sistemática de 17 estudios en humanos y 223 estudios de nutrientes que concluye que no hay una diferencia significativa entre los nutrientes de los alimentos orgánicos y los convencionales (refiriéndonos al tipo de abono). Se concluye que los nutrientes no se ven afectados por el tipo de abono. En cuanto a toxicidad de los cultivos tratados con agroquímicos y los cultivos que no, un estudio de la revista “Proceedings of the Nacional Academy of Sciencie”, llega a la conclusión de que las plantas que no recibían insecticidas al ser atacadas por insectos producen tóxicos para defenderse los cuales se acumulan, de modo que no se diferencian significativamente en toxicidad con las que si recibían los insecticidas (en bajas dosis estos insecticidas sintéticos son prácticamente inocuos). Claro que hablamos de insecticidas recomendados por la agronomía actual. Todo esto es con relación al tratamiento, sobre la cuestión de los transgénicos hablaré más adelante, es un error muy común confundir insecticidas y otros agroquímicos con transgénicos –principalmente por la existencia de la soja transgénica resistente al glifosato-, sobre esto también hablaré más adelante, como también profundizaré en la cuestión del uso de estos y en sus efectos.

Los antitransgénicos pretenden irresponsable, ingenua y soberbiamente que sin ninguna formación científica y técnica pueden aconsejar a los más expertos agrónomos sobre cómo estos deben cultivar. Parecen no entender que en el mundo somos 7.000 millones de personas que alimentar,  y que una crisis de cultivo puede provocar una hambruna que diezme la población mundial. La estupidez pseudocientífica ya provocó anteriores hambrunas, por ejemplo con Lysenko en la URSS. Pretender que mágicamente los cultivos se salven de las plagas y las malezas sin utilizar agrotecnología actual es infantilmente insostenible, aún más teniendo en cuenta los avances de la misma y sus innumerables beneficios. Uno de los principales problemas de las “alternativas” que proponen, es que los abonos “orgánicos” producidos con estiércol contienen inherentemente contaminaciones de cepa de escherichia coli, ya en Alemania en el 2011 se produjo un brote por esta bacteria del estiércol que costó 22 muertes y más de 2.200 enfermos.  En Francia en el 2012 hubo un caso de un campo de trigo “orgánico” contaminado de datura, una planta silvestre que contiene alcaloides tóxicos orgánicos –la palabra que tanto aman-, esto terminó por enviar a 18 personas a las salas de emergencia[6]
  Para ir cerrando con el timo de lo “orgánico”: en el 2010 salió un informe del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino del Gobierno de España titulado “Valor y volumen de los productos ecológicos de origen nacional en la industria agroalimentaria española”, en éste mediante la comparación de la agricultura convencional y la “orgánica”,  se llega a la conclusión de que la convencional es, con la misma cantidad de hectáreas, desde 20% hasta 50% mejor. Los mitos de la supremacía de lo vagamente llamado orgánico no es mucho más que una excelente técnica de publicidad para vender estos productos. Empiezan generando una paranoia con respecto a los cultivos convencionales, y así se ganan en un santiamén una horda de compradores que creen en la necesidad de consumirlos. Es un cruel engaño comercial basado en el miedo y la ignorancia de la gente. Pero sigamos con el tema de los transgénicos: 

 Existen miles de estudios (incluyendo estudios de científicos independientes) que demuestran que pueden no ser nocivos para la salud [7],
y que ocupan muchísimo menos agro-químicos y menos contaminantes que muchos alimentos “orgánicos”, por ejemplo, las papas transgénicas resistentes a hongos reducen en un 80% el uso de fungicidas [8]. Recientemente científicos italianos publicaron en “Critical Review of Biotechnology”, un meta-análisis de 1.783 estudios publicados entre 2002 y 2012 sobre transgénicos y sus posibles efectos en la salud humana y en el ecosistema, llegando a la conclusión de que hasta el momento no se ha detectado ningún riesgo significativo relacionado con el uso de los cultivos transgénicos [9]. La seguridad de los transgénicos comerciales es bastante clara, además de 2.000 estudios existen más de 190 organizaciones que los avalan (entre ellas la FAO, la OMS, la Comisión Europea, la Sociedad Argentina de Nutrición, etc.).

 
Generalmente los anti-transgénicos newage se apoyan en la falacia naturalista, que propone que “lo natural es bueno y lo artificial es malo”, por lo tanto los transgénicos “son malos”. Esto no es un argumento, no todo lo natural es bueno para nuestro cuerpo, el veneno de serpiente, la escherichia coli y la datura por ejemplo. Tampoco el pan al ser artificial es malo. Además de que no está demostrado científicamente que los organismos transgénicos sean negativos para la salud, si está demostrado que los organismos transgénicos pueden ser muy beneficiosos para la salud, al poder incorporar a los alimentos más nutrientes de los que estos tienen originalmente. Por ejemplo, el Arroz Dorado fue diseñado mediante ingeniera genética con fines humanistas y esta fortificado con pro-vitamina A, este arroz fue distribuido a los países donde el arroz es casi el único alimento  y la insuficiencia de esta vitamina causaba ceguera o incluso la muerte de cerca de un millón de niños por año. Este arroz es la salvación de muchos países asiáticos, sin embargo, las mejoras hechas no pueden implementarse por la oposición del fundamentalismo pseudo-ecologista y pseudo-ambientalista antitransgénico[10].

También hay un caso similar en España,  el CSIC desarrolló trigo para celiacos[11] y éste tendrá que irse a Estados Unidos para poder ser cultivado, ya que Andalucía no lo autoriza (por cosas del irracionalismo de la PALT y de IU). De hecho no solo beneficiaría alimenticiamente, también es capaz de otorgar inmunidad a enfermedades de cultivo salvando así plantaciones y favoreciendo el enriquecimiento y el aumento de la producción de alimentos, por ejemplo, en Hawaii la papaya resistente al ringspot virus salvó el mercado y convirtió a Hawai en uno de los mayores exportadores de papaya .Sin duda que los beneficios obtenidos por los OGM (organismos genéticamente modificados),  pueden ser numerosos hasta el infinito, pero para esto se requiere debida investigación que los anti-transgénicos atrasan e impiden.

Tal vez  si se metió la pata en algún momento con los OGM, tanto en su forma de distribución como en alguno de ellos (ya que la tecnología es buena o mala dependiendo de su uso). Pero eso no quiere decir que lo más coherente sea oponerse a ellos, sino exigir que se comercialicen o distribuyan los que estén correctamente avalados por estudios, y criticar la forma corporatocrática, capitalista y monopólica en que se comercian algunos, pero los anti-transgénicos eligen el camino menos eficaz, el más absurdo y el más irresponsable.   Si existieran problemas con los alimentos transgénicos se debería mejorarlos, mejorar sus regulaciones y su forma de distribución, no prohibirlos ni rechazarlos (ni menos quemar huertas experimentales o de pequeños productores como hacen muchos loquitos).

 El movimiento anti-transgénico más que basarse en evidencias de investigaciones serias, se apoya en la superstición, los mitos, la mística, la pseudociencia y la paranoia. En una carta abierta llegaron hasta a inventar estudios y firmas de “científicos” que “estaban en contra de los transgénicos”, esto para pedir que no retiren una publicación falsa que ligaba transgénicos con cáncer. Entre las firmas figuraban los nombres “
Bruce Banner” (Hulk) y Harley Quinn (personaje de Batman), entre otros personajes de ficción, como también pseudocientíficos y charlatanes de todo tipo, desde acupuntores hasta homeópatas,  claro ejemplo de fraude y deshonestidad intelectual de parte de los antitransgénicos. Es muy común encontrar en ellos un comportamiento dogmático y deplorable, tenemos por ejemplo, el hecho ocurrido en Mayo de 2015 en Argentina, cuando el respetable divulgador científico (participe de Naukas) y master en biotecnología J.M. Mulet tuvo que cancelar la presentación de su libro “Comer sin miedo” por culpa de que unos “activistas” lo amenazaron de muerte[12]. Desde ya esto no es raro, el charlatán y fundador de la página pseudocientífica de noticias falsas, NaturalNews, hace poco sacó un comunicado invitando a asesinar a los que estén a favor de la biotecnología[13]. También es muy común que inventen bulos para defender su postura acrítica, por ejemplo el bulo difundido por “El Mundo Según Monsanto” de que la implementación de cultivos transgénicos incitó al suicidio de agricultores indios. El International Food Policy Research Institute (IFPRI) investigó el rumor, y en el 2008 publicó un informe de 64 páginas donde demostró que el nivel de suicidio de los agricultores es un problema mucho más antiguo, anterior a que se introdujera el algodón Bt en la India en el año 2002 y que, para sorpresa, desde ese mismo año los niveles no solo no han aumentado, sino que se han reducido. [14] También está el conocido bulo de las estériles semillas “Terminator”. Si bien sí fue una propuesta de GURT – (Grupo de Tecnologías de Restricción de Uso) nunca fue aprobado su uso, por lo tanto, no existen.
Otro fraude es el 
famoso artículo de Séralini del maíz y los tumores, este contenía numerosos errores de metodología y experimentación al punto que la revista “Food and Chemical Toxicology” exigió que retiraran la publicación. Por ejemplo; usar una raza de ratas que ha reportado incidencias de tumores espontáneos de hasta 87% en forma natural, usar un reducido número de ratas por grupo de estudio, no usar una relación dosis-respuesta entre las variables experimentales y los supuestos efectos observados, entre otros varios y graves errores. El estudio fue rechazado y refutado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), seis academias científicas de Francia, el Instituto Belga de Investigación de Ciencias de la Vida (VIB) y el Instituto Federal Alemán para la Evaluación de Riesgos (BfR)[15]. 
También está la mentira de que los transgénicos provocaron una epidemia que redujo considerablemente la población de abejas, pero esto es totalmente falso: 31 estudios demostraron que los transgénicos modernos no tienen nada que ver con el problema de las abejas, el fenómeno apareció por primera vez en el siglo X y posteriormente en el siglo XIX, no es un problema exclusivamente contemporáneo.
“Los mecanismos del CCD (síndrome de colapso de colonias” )  son desconocidos pero se han propuesto diversas causas (que podrían ser sinérgicas en conjunto): ácaros (Ej: varroa), parásitos (Ej: nosepa apis), hongos, virus (Ej: virus de parálisis aguda de Israel), inmunodeficiencias, factores genéticos, antibióticos, pesticidas, desnutrición, métodos de cruce, baja variabilidad poblacional, apicultura migratoria o trashumante, pérdida de hábitats, entre otros.” [16]
  Otro argumento conspiranoico es que “los estudios que avalan los transgénicos son pagados por multinacionales” esto es falso, la mayoría de los estudios sobre transgénicos son investigados por organismos públicos y científicos independientes. [17]También es falso que solo es producido por empresas multinacionales (y menos cierto que solo los produce Monsanto) ya que también es producido por organismos públicos (ver fuente 17).  Tampoco los transgénicos son algo estrictamente capitalistas, ya que Cuba también los produce (de hecho, la “industria orgánica y naturista” también es una corporación como todas las medicinas “alternativas”-la homeopatía genera ingresos multimillonarios-). Algunos dicen que no hay que consumir OMG porque estas son producidas por multinacionales, pero sin embargo consumen sin drama otro tipo de productos multinacionales como la Coca-Cola o la marca Nike (que por cierto es una de las megaempresas involucrada en la esclavitud en Asia). La paranoia anti-transgénica también  ofrece una excelente técnica de marketing, por ejemplo, se vende “sal libre de transgénicos”, esto es muy gracioso puesto que es IMPOSIBLE modificar genéticamente la sal, ya que no tiene genes al no ser un organismo.

  Es interesante que  Mark Lynas, militante anti-transgénico que llegó hasta a quemar cultivos, recientemente al estudiar las evidencias rechazó el movimiento y ahora milita a favor de los transgénicos,  por suerte logró aceptar que sus postulados solo se basaban en leyendas urbanas  y que los transgénicos pueden ser -y son- beneficiosos para aumentar los nutrientes, reducir los pesticidas y mejorar en la producción.  Nunca faltan los conspiranoicos que acusan a Lynas de ser sobornado con tal de no aceptar los contra-argumentos a su postura. [18]
  Para ilustrar de que forma la “izquierda” se opone irracionalmente a los transgénicos basta ver el video del representante del “Partido Obrero” Altamira, que declara que el PO prohibiría los transgénicos. Además de que son pésimos sus argumentos  del porqué, lo irónico es que en los videos figura con un buzo Nike, que como aclaré, es una empresa multinacional explotadora por excelencia (que lamentable ejemplo de socialismo tiene Argentina)[19]. Altamira dice que los transgénicos ocupan más agro-químicos, esto es falso, es totalmente al revés, ya que la ingeniería genética generalmente tiene como fin la reducción de los mismos (
los cultivos transgénicos han reducido entre 1996 y 2011 una cantidad de 474 millones de kilogramos de plaguicidas)[20]
 
En los debates sobre transgénicos se tarda poco en sacar la palabra mágica que para argumentar, según ellos, todo lo soluciona: Monsanto. Muchos creen erróneamente que decir transgénicos es decir Monsanto, algo así como Transgénicos = Monsanto. Este simplismo es totalmente falso, ya que Monsanto es solo una de las muchísimas empresas que producen y patentan transgénicos (también los producen organismos públicos). Algunas de esas empresas son: Sanofi, Novartis, DuPont, Bayer, Hi-Bred, Syngenta, Pioneer, Dow Agro-Sciences y Astra-Zeneca. Sin duda, Monsanto es una corporación que de ético tiene poco - como la mayoría de las multinacionales-. Por ejemplo, Monsanto estuvo relacionado con fraudes y productos peligrosos. Pero decir que los OGM son malos porque “los hace Monsanto” es una falacia de asociación, por lo tanto no tiene ningún sentido. De todas formas, la tendencia de rechazar a muerte a Monsanto desemboco en una horda de mitos y mentiras descaradas. Monsanto debe ser la empresa más odiada del mundo, cuando básicamente hay pocas razones para que así sea. Veamos algunos mitos[21]:

¿Es Monsanto verdaderamente una de las empresa con más ingresos? La verdad es que no. Su capitalización bursátil es de $54.18B, la de Exxon Mobil es de $352.38B, supera varias veces la de Monsanto. Incluso la de su competencia, The Dow Chemical Company, es de $60.03B (como verán, también es mayor). Los ingresos brutos de Monsanto son equiparables a los de la cadena de supermercados Whole Food. Están más abajo que The Gap, Xerox o Starbucks. Y sigue siendo mucho menor que los de UPS, Home Depot, Google o Microsoft.
¿Monsanto inventó el malvado Agente Naranja –herbicida y defoliante usado en la Guerra de Vietnam-? No. Este fue desarrollado por el departamento de defensa de los EE.UU., ninguna empresa lo inventó. Sí algunas empresas fueron obligadas a producirlo, por medio de la Ley de Defensa de 1950.  Este jamás se comercializó ni nada por el estilo. Es más, el Monsanto que lo produjo en aquel tiempo no es exactamente la misma empresa que la que existe en la actualidad, ya que tuvieron una serie de reformas. En 1985, Monsanto Chemical adquirió GD Searle & Company, una empresa dedicada a productos farmacéuticos. En 1996, Monsanto Chemical Company compró una empresa agrícola llamada Agacetus y en el 2002 Pfizer adquiere a Monsanto Company.  Aun así, en su página oficial Monsanto largo un comunicado presuntamente  apenado por los hechos ocurridos en la guerra y el uso del Agente Naranja[22]
 ¿Monsanto es un ser diabólico y cruel que patenta las semillas, por lo tanto patenta la vida? Sí y no. Monsanto si patenta sus semillas, pero esto no es característica exclusiva de Monsanto ni de los transgénicos. También semillas orgánicas pueden patentarse, de hecho, la primera patente de semilla data del siglo XIX[23]. Desarrollar un nuevo cultivo biotecnológico requiere una enorme inversión de tiempo, recursos y capital. Un estudio realizado en el 2011 reveló que el costo de descubrimiento, desarrollo y autorización de un nuevo rasgo vegetal biotecnológico introducido entre el 2008 y 2012 fue de US$136.000.000. En promedio, alrededor del 26% de esos costos (US$ 35.100.000) corresponden al proceso de prueba y el registro de reglamentación. El mismo estudio encontró que el tiempo medio desde el inicio de un proyecto hasta su lanzamiento comercial es de unos 13 años. La fase más larga en el desarrollo del nuevo producto es la del registro de regulación, unos 5.5 años en promedio. Teniendo en cuenta el considerable costo de producción, es natural que las empresas protejan su inversión a través de las patentes. Además, estas son un incentivo para que las compañías privadas investiguen y reinviertan en innovación tecnológica. A pesar de todo esto, las patentes no son eternas. Duran 17 años desde la emisión (si es que fueron presentadas antes de 1995) y 20 años desde la emisión (para las que fueron emitidas después de 1995). Esta fecha no es prorrogable, y después de vencida, deja de estar sujeta a la protección que establece la ley sobre propiedad intelectual. Por ejemplo, la patente para el gen cp4 epsps que confiere inmunidad al glifosato, presente en el soja transgénica Roundup Ready expiró este año. Algunos activistas anti-transgénicos también afirman que Monsanto posee alrededor de 11.000 patentes. Esto tampoco es cierto. Cualquiera puede buscar las patentes de Monsanto en la base de datos de La Oficina de Patentes de Estados Unidos. En la actualidad figuran 6.732 patentes pero ese número va cambiando a medida que se emiten nuevas. Cabe señala también que más de 2000 de estas patentes enumeradas ya han expirado. También uno de los argumentos más citados es que los agricultores no pueden guardar las semillas compradas para reutilizarlas al año siguiente. Esto es verdad a medias. Efectivamente, cuando los agricultores compran una variedad de semilla patentada, firman un acuerdo donde se comprometen a cultivar únicamente la semilla que están comprando y que no guardarán ni volverán a sembrar las semillas que van a producir las plantas que están cultivando y contienen la tecnología patentada. ¿Es perjudicial esto para los agricultores? No especialmente. Sucede que solo con ciertas variedades de semillas es conveniente almacenar y reutilizar. En el caso de los cultivos que han sido mejorados genéticamente mediante hibridaciones, no tiene caso, puesto que las semillas de cultivos híbridos tienden a no volver a reproducir los rasgos deseados de forma fiable, por lo que no tienen la misma productividad que sus progenitores. En cualquier caso, el asunto de las semillas es una de las partes más baratas de tener una granja. Los agricultores que guardan semillas tienen que secar, procesar y almacenar. En cambio los agricultores que compran semillas obtienen una garantía de que las semillas crecerán. (Las bastardillas son de una cita textual tomada de David  Valerio en Skepticom). Muchos de los antimonsanto creen que los agricultores están sometidos a su dominio, esto claramente no es así, si los productores no quieren, simplemente no firman contrato. Nadie los obliga.
 El problema de estos enemigos públicos sin mucha base que sustente el odio es que distrae a los activistas de problemas serios que necesitan de su atención, como los talleres clandestinos o la trata de personas. Entre los escépticos que sabemos que la gran mayoría de las cosas que dicen sobre Monsanto son mitos, bromeamos y llamamos a esta empresa MONSATÁN, en honor a los que la satanizan sin argumentos verídicos. La lucha antimonsanto verdaderamente es una pérdida de tiempo y energía.
 ¿Las empresas privadas deberían ser remplazadas por organismos públicos? Tal vez, sin duda que la investigación científica no debería depender de corporaciones privadas que puedan manipular los datos, que la producción de biotecnología no debería ser exclusiva de las multinacionales o megaempresas y que los organismos públicos deberían tener un peso importante sobre la aplicación de esta tecnología que podría salvar la vida de miles de campesinos y productores en zonas de pobreza (de hecho salva la vida de todos los diabéticos, ya que la insulina proviene de un organismo transgénico), lo mejor sería, sí, socializar las producciones ¿Pero esto es argumento en contra de la biotecnología en sí? No.

No solo está la falsa relación transgénicos=Monsanto, sino que hasta hay gente que cree que decir transgénicos es decir monocultivos, agrotóxicos –agroquímicos en realidad- y reducción de la biodiversidad, cuando todo esto no tiene nada que ver (de hecho los transgénicos al ser especies nuevas, aumentan la biodiversidad), no saben ni siquiera el concepto de las palabras que están usando. El monocultivo y el problema de la biodiversidad no son culpa de los transgénicos sino del sistema de producción[24]. Tampoco el monocultivo es algo malo, realmente es insostenible cultivar muchas variedades en un mismo terreno, complica excesivamente la producción, lo que es malo es no rotar los cultivos, ya que esto si daña la tierra. Lo ideal, y lo que se implementa, es hacer monocultivos rotativos de acuerdo a la época del año.

Además de MonSatán, otro de los clichés de los antitransgénicos es el Glifosato (o Grinch-fosato para continuar con los juegos de palabras). El glifosato el ingrediente activo del herbicida Round-up. Para empezar, voy a anunciar a los desinformados que no hay razones para relacionar necesariamente el glifosato a Monsanto, la patente ya venció y se puede utilizar libremente. Y aunque ya aclaramos, vuelvo a aclarar, no hay razones para relacionar necesariamente el glifosato a los transgénicos.
 El glifosato si es toxico, pero es tres veces menos toxico que la lavandina, y muchísimo menos toxico que otros herbicidas como el Paraquat (el cual es altísimamente toxico y es utilizado en muchos cultivos supuestamente “orgánicos”), el Endosulfan y el Fenthion[25].  Muchas veces se cita para sustentar la supuesta super-toxicidad del glifosato el estudio Carrasco, pero este estudio posee serios errores metodológicos (ver fuente en el segundo link de la nota 16). El estudio fue hecho en ranas que fueron expuestas de forma exagerada al glifosato, de ningún modo la ruta de exposición es realista.  
 También se suele presentar como evidencia de la toxicidad del glifosato videos sensacionalistas con gente deformada. Para empezar, un video pseudo-documental de Youtube no es evidencia de nada. No puede saberse si esos campesinos verdaderamente utilizaban Round-up, Paraquat o ambos, o si hay otras variables en juego. Es sabido además, que muchos productores no fumigan como es debido, es decir, con protecciones como ser máscaras de gas. Así si es bastante plausible que el glifosato afecte la salud. Otras de las razones por las cuales los agroproductores posean altos índices de cáncer y otras enfermedades pueden ser: endogamia, común  en las familias de campo, exposición desmedida y descuidada al sol, contaminación del agua –posiblemente por glifosato, ya que no es una gaseosa ni un aditivo saborizante, sino un herbicida-, mala alimentación, etc. Echarle la culpa al glifosato porque sí, aunque parezca progresista y aparente ser un acto de solidaridad con la gente de campo, en realidad puede ser una forma de atrasar o impedir correctas investigaciones sobre las causas de dichas enfermedades. Toda la evidencia indica que una exposición cuidada al glifosato no produce el daño que predican algunos, ya que está en clase IV de fatalidad entre herbicidas y se considera categoría 2A en cancerígenos, y en esa misma categoría se encuentra tomar mate caliente[26].  En realidad, no es de mi interés defender el glifosato, mientras pueda ser remplazado por un herbicida más sano, mejor. Lo que sí, los herbicidas son necesarios para la producción, al menos hasta que los magufos antitransgénicos y neoluditas descubran algún milagro para combatir las malezas que sirva de alternativa. Por ahora, la mejor alternativa es producir transgénicos resistentes a las malezas.

Para cerrar, suele presentarse como evidencia irrefutable de lo “malo” de los transgénicos el hecho de que varios de ellos hayan sido prohibidos en diversas ciudades, pero como demuestra Fundación Antama (red de expertos en agronomía) se debe a estrategias demagógicas y políticas para calmar al lobby de pseudo-activistas antiOGM, no son decisiones basadas en datos y evidencias científicas[27].

Uno de los principales problema de las luchas de izquierda irracional es su ignorancia que los lleva a la tecnofobia. Esto es tanto fobia a la técnica como a la tecnología, la ingeniería genética es una técnica y las técnicas y tecnologías pueden tanto beneficiar a la humanidad como perjudicarla dependiendo de qué y de cómo se la utilice,  ellos solo ven esta última opción por puro dogmatismo, siendo que la tecnología y la técnica nos vienen beneficiando desde los comienzos de la humanidad, tanto como perjudicándonos en su mal uso. A la tecnología se la debe regular y exigir utilización adecuada, no rechazarla. Por lo general la gente ni siquiera sabe diferenciar entre técnica, ciencia o tecnología,  ya que los antitransgénicos a menudo arguyen que los científicos son los que hacen los OGM. Los científicos se encargan de producir conocimientos, no tecnología, esos son los técnicos. Oponerse a la tecnología genética por “modificar la naturaleza” no tiene ningún sentido y es un dogma propio del pensamiento mágico primitivo.

La evidencia demuestra que los cultivos transgénicos no presentan ni un peligro para las personas con respecto a su salud, ni un peligro hacia el medioambiente o el suelo, oponerse a los transgénicos solamente porque es lo que la mayoría cree correcto es una estupidez, así como recurrir al pensamiento  supersticioso de que “modificar la naturaleza es un pecado contra la Pachamama”.


Para leer más:
“Los productos naturales ¡Vaya timo!” de J.M Mulet, editorial Lateoli. 
“Comer sin miedo”, también de J.M Mulet.
Si quiero transgénicos:
https://www.facebook.com/contransgenicos?fref=ts
Biotecnología Sí:
https://www.facebook.com/BiotecnologiaSI?fref=ts




[2]  Fuente: http://fundacion-antama.org/anti-transgenicos-que-no-saben-que-es-un-transgenico-una-realidad-social-comun/
[4] http://elpais.com/elpais/2015/04/14/ciencia/1429035387_315915.html
[5] http://ajcn.nutrition.org/content/early/2009/07/29/ajcn.2009.28041.abstract
[7] Fuente: http://cienciasycosas.com/2013/10/12/1-783-estudios-avalan-la-seguridad-de-los-transgenicos/
[9] Ver nota 7.
[10]Fuente http://es.wikipedia.org/wiki/Arroz_dorado y  http://magonia.com/2011/10/24/escepticos-modificacion-genetica/
[12] http://charlatanes.blogspot.com.ar/2015/05/activistas-anticiencia-amenazan-jm-mulet.html
[13] http://de-avanzada.blogspot.com.ar/2014/07/colaboradores-Monsanto.html
[14] Fuente: http://fundacion-antama.org/no-existe-relacion-entre-suicidios-agricultores-india-y-cultivo-algodon-transgenico/
[15]  Fuente: http://www.efsa.europa.eu/en/press/news/121004.htm y http://www.ecoosfera.com/2013/12/retiran-el-articulo-cientifico-donde-afirman-que-las-ratas-de-laboratorio-desarrollan-tumores-por-comer-maiz-de-monsanto/
[16] Fuente : http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1892840/
[17] Fuente: http://cienciasycosas.com/2013/10/19/el-error-de-cuando-tu-unico-argumento-es-monsanto
[18] Fuente: http://www.grupobiotecnologia.com.ar/detalle-de-mark-lynas-el-activista-que-inicio-el-rechazo-a-los-transgenicos-acepta-que-estaba-equivocado-331
[19] Para verlo con sus propios ojos, buscar los videos en Youtube.
[20] Por ejemplo ver: http://ucbiotech.org/answer.php?question=45
[21] https://skepticom.wordpress.com/2015/06/09/monsanto-es-tan-maligno-realmente/
[22] http://www.monsanto.com/global/es/noticias-y-opiniones/pages/agente-naranja-antecedentes-sobre-la-participacion-de-monsanto.aspx
[23] http://www.wipo.int/wipo_magazine/en/2006/02/article_0009.html
[24] http://www.siquierotransgenicos.cl/2014/12/09/los-transgenicos-fomentan-el-monocultivo/
[26] http://circuloesceptico.com.ar/2015/04/el-glifosato-contra-la-oms
[27] http://fundacion-antama.org/razon-paises-europeos-prohiben-cultivos-transgenicos/

1 comentario:

  1. solo para ampliar le mando este blog mio.....http://vivan-los-transgenicos.blogspot.com.ar/. le mando un saludo....

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